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Jesús: otro nombre para la misma historia.

Corría el año 325 antes de Cristo. Constantino era quien dirigía la batuta. El tipo decide convocar al consejo de Nicea, en dichas reuniones las doctrinas cristianas políticamente motivadas fueron establecidas.
Quizás esas personas no tenían dimensión de lo que estaban haciendo/decidiendo, pero en ese momento dieron inicio a un derramamiento de sangre inconmensurable, al mismo tiempo que condenaban a la humanidad a un fraude espiritual que aún hoy sigue vigente. El vaticano ganaría poder en toda Europa y nos sumergiría en etapas tan ‘felices’ como la edades oscuras.

Empecemos con una figura significativa: Jesús. Quien no es otra cosa más que una representación de lo que el sol fue siempre para otras culturas y religiones.
Desde aproximadamente 10.000 años A.C la historia nos muestra un sin fin de escrituras, esculturas, jeroglíficos y mensajes que denotan la importancia que el astro tenía para nuestros ancestros. Es fácil entender el por qué, ya que cada mañana el sol surge trayendo consigo la luz, el calor y la seguridad. La salida del sol simboliza el comienzo de un nuevo día, una chance más de vida, etc. El sol 'salvaba' al hombre del frío, de la oscuridad y de las tinieblas pobladas por criaturas de la noche. Sin el sol, los hombres entendieron que la vida no era posible.
Esta realidad fue la que llevó a las antiguas culturas a venerar a esta estrella. Pero también, el venerar al sol, les permitió estudiar a todas las demás estrellas, y su conocimiento sobre ellas les permitió anticiparse a sucesos como los eclipses. (Tema que voy a abordar en otro artículo).


Sin embargo, no nos quedemos sólo con este dato, sino con el hecho documentado de que las culturas antiguas no solo veneraban a las estrellas, sino que las antropomorfizaban, es decir les daban aspecto humano, y quizás hasta también un carácter con el cual asociarlas. El mejor ejemplo de esto es el zodiaco. En este sistema de creencias, el sol era presentado como la luz de la humanidad, como el creador o Dios. Era el salvador de la humanidad. Y al mismo tiempo 12 constelaciones graficaron los lugares que el Dios sol visitó. Cada constelación fue identificada con un nombre, generalmente representando los fenómenos que tuvieron lugar en ese momento. Por ejemplo, acuario era el portador del agua, quien traía las lluvias de la primavera.

Pero no sólo en el zodiaco vemos esta similitud. Los egipcios nos muestran a Jesús muchísimo antes de que él hubiera nacido. La diferencia es que los egipcios lo llamaron Horus. Gracias a los numerosos jeroglíficos en los cuales se hace alusión a él sabemos que Horus tuvo un enemigo conocido como Seth, que por oposición a él representaba a la oscuridad, o la noche.
Por otro lado, Horus y Jesús tienen más cosas en común de las que creemos. Ambos nacieron un 25 de diciembre y su madre fue una virgen. De hecho, la madre de Horus es conocida como la virgen Isis María.


El nacimiento de Horus, como el de Jesús, fue iluminado por una estrella, la estrella del Este, que a su vez 3 reyes siguieron para encontrar y adorar al nuevo salvador. Horus con tal solo 12 años se perfiló como un niño prodigio, y a sus 30 años fue bautizado por una figura llamada Anup y así empezó su ministerio. Horus, igual que Jesús, tuvo 12 discípulos que viajaban junto a él haciendo milagros y curando a los enfermos. Esta figura también tenía apodos que fácilmente se pueden asociar a Jesucristo: la verdad, la luz, el sagrado hijo de Dios, el buen pastor, el cordero de Dios, entre otros. Horus fue traicionado por Typhon, y al igual que Jesús fue crucificado y resucitó a los 3 días. La historia de Horus caló hondo en todo el mundo, y muchas culturas la adoptaron como propia. Veamos algunos ejemplos: Attis, de Phyrigia; Krishna, de la India; Dionysus, de Grecia; Mithra, de Persia.

La evidencia nos muestra que hubo muchos salvadores a lo largo de historia y las culturas, pero lo llamativo es que todos comparten la misma historia, el mismo día de nacimiento, las mismas características. ¿Por qué? ¿De dónde sale todo esto? Para responder estas preguntas voy a tomar como ejemplo al propio Jesús, ya que todos están familiarizados con él.
Lo que hay que destacar en primer lugar es la fecha de nacimiento, ¿por qué todos el 25 de diciembre? ¿Por qué 12 discipulos? ¿Por qué hijos de una vírgen?. Como mencione antes, voy a tomar al más reciente de los mesías solares para explicar todo el simbolismo que se oculta detrás de estos hechos.

Jesús de Nazareth, nacido un 25 de diciembre del vientre la vírgen María. Su nacimiento fue anunciado a tres reyes (¿magos?) por la estrella del este y estos la siguieron para encontrar al niño nacido en un humilde pesebre. Fue un niño prodigio, maestro a los 12 años y bautizado a los 30. Así empezó Jesús su ministerio. Tuvo 12 discípulos que lo siguieron a lo largo de su vida, ellos fueron testigos de los numerosos milagros realizados por Jesús: desde revivir a los muertos hasta caminar en el agua. Se lo conoció como; el cordero de Dios, Rey de reyes, luz del mundo, etc. Fue traicionado por Judas, quien lo entregó por un par de monedas de plata. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos y resucitó al tercer día. Esta es la historia oficial, la que todos conocemos.

Vamos a empezar entonces a desentrañar los diferentes aspectos de esta historia. Por empezar la fecha de nacimiento, que es netamente astrológica. La estrella del este es Sirio, la estrella más luminosa del cielo nocturno que cada 24 de diciembre se alinea con las 3 estrellas más brillantes del Centurion de Orion. A estas tres estrellas se las conoce como: las tres marias, los tres reyes, o los reyes magos. Y el 24 de diciembre estas 4 estrellas apuntan al lugar por el cual sale el sol el día 25 de diciembre. Este es el porque de que los 3 reyes ‘siguen’ la estrella del Este, con el objetivo de encontrar el nacimiento del sol. Por otro lado, la vírgen María es la constelación Virgo. Virgo en latín se traduce como vírgen. El símbolo de este signo es una M modificada. Este tal vez sea el motivo de porque las madres de los salvadores se llaman así: María madre de Jesús, Myrra es la madre de Adonis, Maya es la madre de Buda.

Vírgo también es llamada ‘la casa del pan’ y su representación es la de una vírgen con un ramo de trigo. Esta casa del pan representa los meses de agosto y septiembre, el tiempo de las cosechas. Belén (lugar donde nació Jesús) se traduce literalmente como ‘casa del pan’. Belén es por lo tanto una referencia a Virgo, un lugar en el cielo, no en la tierra. Pero no nos quedemos solo con esto, hay otro fenómeno muy interesante en esta fecha. Cada 25 de diciembre se da el solsticio invernal; desde el solsticio de verano al invernal los días se vuelven más cortos y fríos. En el hemisferio norte, el sol parece moverse hacia el sur volviéndose cada vez más pequeño. Con este fenómeno el fin de las cosechas llegaba, por ende nuestros antepasados lo consideraban como ‘la muerte del sol’. Para la religión católica sería la muerte de Jesús.
Antes del 22 de diciembre, la muerte del sol fue observada completamente y, puesto a que el sol se mueve hacia el sur continuamente por seis meses también es el día en el cual se encuentra en el punto más bajo del cielo. Ahora es que ocurre una cosa extraña: el sol para de moverse hacia el sur durante 3 días. Durante este tiempo el sol recide en las vecindades de la constelación conocia como Cruz del Sur.


Después de este tiempo, el 25 de diciembre, el sol se mueve un grado, esta vez con direcció al Norte, llevando consigo días más largos, el calor y la primavera. Por lo tanto se dice que el sol murió sobre la cruz, estuvo muerto por 3 días y resucitó (o volvió a nacer). Este es el motivo por el cual Jesús y otros numerosos dioses del sol comparten la crucifixión, la muerte por 3 días y el concepto de resurrección. En el periodo de transición el sol cambiará de dirección hacia el hemisferio norte del planeta, llevando la primavera, y con ella la salvación.
En todo caso, no celebramos la resurrección del sol sino hasta el equinoccio de primavera, o más bien PASCUAS.  

Ahora bien, sé que este artículo es especialmente largo, y todavía me queda mucho más por contarles y difundir. La semana que viene voy a estar subiendo la segunda parte, donde voy a hablar sobre el porqué de los 12 discípulos, entre otras cosas. Quiero dejar en claro que el objetivo de esta entrada no es poner en duda el culto de cada uno, sino más bien informar sobre este hecho, que a todas luces es un principio innegable.

Creo que la religión es un asunto privado de cada uno y que cada quien lo vive a su manera. No estoy en contra de las religiones ni de quienes las profesan. Yo solo expongo lo que encontré después de año de cuestionarme mi propia fe.