RoadTrip #3 - Parte 1: Cementerio de la Recoleta.

Antes de comenzar este RoadTrip, me gustaría comentarles que no va a ser como ninguno de todos los que subí anteriormente, básicamente porque este se dividirá en tres partes. El objetivo de hacerlo así es no aturdirlos a ustedes con tanta información junta, y además que si les gustó un sólo lugar no tengan que estar deslizando a lo largo de información que quizás no les interese.

En medio de gigantes de vidrio y cemento, ofuscada por grandes centros comerciales, y olvidada por la mayoría de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires, yace a la espera de ser descubierta por los ojos de quien quiera observarla una de las necrópolis más interesantes que tuve el honor de conocer: El Cementerio de la Recoleta.

Este espacio tan particular tiene las historias más tristes, más fascinantes y más apasionadas ocultas entre los ladrillos que lo alzan alto e imponente en el corazón de la urbe porteña. Desde procederes que marcaron un antes y un después en la historia del país, hasta seres humanos olvidados incluso por sus familiares. Todos ellos conviven día a día y forman este lugar tan hermoso y cautivador.

Caminar por las calles de este espectacular camposanto nos remite a una época en la cual enterrar a un ser querido era todo un evento, las grandes familias de la ciudad demostraban su riqueza y poder a través de ostentosos e imponentes panteones, mientras que las familias más modestas no dudaban en vender parte de sus joyas o bienes materiales para comprar un pequeño nicho.

Sí, antes morirse era un asunto importante, y me atrevería decir que era hasta un acontecimiento social en el cual tu familia debía, de ser necesario, endeudarse para demostrar su poderío.

El cementerio de la recoleta tiene miles de historias ocultas en sus esculturas, nichos y ladrillos. Es, junto a los cementerios de Staglieno en Génova y el Père Lachaise de París, uno de los más importantes del mundo.

Entre las grandes personalidades que residen en esta espectacular negrópolis podemos encontrar a: Eva Duarte de Perón (Evita para los amigos); Luis Federico Leloir (premio nobel de química en 1970); Carlos Saavedra Lamas (ganador del premio nobel de la paz en 1931); los presidentes: Alfonsín Raúl Ricardo, Bartolomé Mitre, Illía Arturo, entre otros; Juan Manuel de Rosas; entre muchas otras personalidades que, como dije anteriormente, marcaron un antes y un después en la historia argentina. Además de todos estos personajes, el cementerio oculta a algunas de las víctimas de los crímenes más famosos del país, entre ellas María Marta García Belsunce.

Sin embargo tristemente no todos los nichos y panteones de este espectacular cementerio se preservar como deberían. Es común al recorrer sus calles encontrarse con huesos (como me pasó a mi) o bien ver dentro de las tumbas signos de evidente saqueo. El problema yace en que hay muchas familias que por un motivo o el otro decidieron dejar de pagar el mantenimiento del cementerio, por ende las tumbas familiares quedaron en estado total de abandono. Al mismo tiempo al ser propiedad privada (sobre todo los panteones), tanto la gente que trabaja en la necrópolis, como personal del gobierno de la ciudad no pueden hacer nada al respecto para evitar el declive y la perdida parcial o total de esos lugares.

(Foto de un hueso humano que encontré en el espacio entre dos panteones).

Tristemente la inseguridad y el abandono golpean fuertemente a este espectacular cementerio, por no nombrar a aquellos morbosos que organizan entradas nocturnas al lugar para valerse de huesos humanos, partes de tumbas e incluso bienes materiales que algunos familiares les dejan a sus seres queridos.

Realizar una visita guiada por este cementerio es posible y ronda entre los $150 y $300 (peso argentino). Pero recomiendo que no lo paguen, no lo vale. Por menos dinero y más tiempo pueden buscar la información necesaria en internet y atreverse a descubrir todos los secretos que tiene este lugar para ofrecer. Cosa que creo que vale mucho más que una visita guiada y que les aseguro, se va a grabar a fuego en su memoria.

Para cerrar este posteo y demostrarles de que les habló exactamente cuando me refiero a que por sus propios medios pueden tener una experiencia más interesante, les voy a anexar una serie de fotos que logré tomar en nichos y panteones que habían sido saqueados, o bien que estaban en tal estado de abandono que ingresar a ellos realmente no fue tarea complicada. (De más esta decirles que en una visita guiada no podrían ingresar dentro de los panteones, por razones lógicas jaja).